Una tradición proveniente de las distintas comunidades oaxaqueñas que con el paso del tiempo han ido esparciéndose por todo el territorio mexicano, los tapetes de aserrín cuentan una historia entre colores y formas.
Los tapetes cumplen con la función de servir de camino a las animas que llegan de visita durante las fiestas de día de muertos, dándoles así la bienvenida a modo de tributo de sus memorias.
En la mayoría de los tapetes, se pueden observar patrones de formas que están apegados a las vestimentas típicas de la región, pero ha tenido sus variantes en los diferentes estados que han adoptado esta costumbre.
El proceso para la creación de estas obras conlleva tiempo, ya que se suele hacer el boceto, así como la coloración del aserrín que se realiza días antes de la fecha de armado del tapete, la cantidad como los colores dependerá del tamaño que se adopte y la complejidad del diseño. Finalmente para su exposición, el armado de estos tapetes lleva aproximadamente 1 día.
Sin duda una experiencia distinta para celebrar este día de muertos.