Gastronomia

El chocolate, una droga para el amor

¿Qué puede ser más rico que un chocolate? Desde tiempos prehispánicos el cacao y su principal derivado, el chocolate, han sido consumidos no sólo por su sabor, sino por todos aquellos beneficios que el comerlo nos da. Muchas veces cuando pensamos en el cacao por sí solo, lo pensamos y concebimos totalmente amargo, pero para aquellos que no se han
animado a probar las semillas puras, déjenme les digo que son de lo más deliciosas, sobre todo las endémicas y nativas de nuestro estado, de Chiapas; ya que dentro de esa amargura, encontraremos mucha dulzura y una explosión de sabores florales y frutales en boca. Todas estas sensaciones, son las que hicieron que su consumo fuera tan codiciado históricamente, aunado a todo lo que el comer cacao despierta.
El cacao y los chocolates obscuros tienen un sinnúmero de propiedades, es uno de los alimentos más benéficos y todo lo malo que se dice del chocolate en realidad es producto de comer aquellas “cosas” que imitan su sabor usando como base grasas malas y azúcar, mucha azúcar. El cacao es la mayor fuente de antioxidantes del planeta, mejora la salud, reduce el riesgo de enfermedades cardíacas y cerebro-vasculares, aporta gran energía,
oxigena nuestro cerebro, regenera nuestras células, es termo conductor y estimula la irrigación sanguínea. Ojo con esto último, que ahora conoceremos la verdadera razón del porque el cacao y el chocolate ha sido considerado como un afrodisíaco.
La theobromina, el alcaloide del cacao, es un gran estimulante y energético, mientras que la epicatequina es un vasodilatador, ambos ayudan a la producción de endorfinas, que son consideradas las hormonas de la felicidad, de ahí que digamos que el chocolate nos ayuda cuando estamos deprimidos, pero que hay de cierto con el poder sexy a afrodisíaco que se
le atribuye. En realidad no es ninguna casualidad, el cacao es un vigorizante y eso lo comprobó Moctezuma, ya que para atender a sus más de treinta concubinas tomaba más de cincuenta tazas de chocolate al día. Este secreto a voces corrió rápidamente dentro de las cortes europeas y la nobleza también comenzó a beberlo para comprobar los placeres que
otorgaba el chocolate.
El chocolate eleva los niveles de dopaminas en el cuerpo que son los causantes de la excitación y el placer, además posee también feniletilamina, que es la sustancia que libera el cerebro en momentos como el orgasmo, una droga para el amor. Todos estos secretos se fueron descubriendo y comprobando a lo largo de la historia, a tal grado que la Iglesia, alrededor del sigo XVII prohibió el consumo del cacao dentro del clérigo, porque era
considerado un incitador al pecado y a la lujuria.
En Chiapas durante la época de La Capitanía, fue un decreto del obispo de la Ciudad Real, Monseñor Bernardino Salazar y Fría. Monseñor prohibió que los miembros de la iglesia de las diferentes órdenes religiosas consumieran chocolate o fuesen partícipes a que alguien más lo bebiera. De esta manera en la Ciudad Real, hoy San Cristóbal de Las Casas se dejó
de beber chocolate y consumir los platillos que llevaran cacao o chocolate en su preparación, salvo que fuese alguna festividad donde su consumo fuese controlado y moderado, como la salsa de chocolate y cardamomo.
Indudablemente el chocolate es más que un estimulante físico, ya que ayuda a la salud emocional del corazón, literalmente es la droga del amor, pero el amor a nosotros mismos, ya que nos hace sentirnos mejor.
Recomendaciones de la autora Consume cacao puro ya sea en semillas o KakawNibs, que es lo más sano que puedes encontrar en el mercado. También procura comer tabletas de Kakaw o chocolate que contengan arriba del 70% de sólidos de cacao. Consume local, no sólo podrás apreciar al mejor cacao del mundo, sino que estarás comiendo saludable y ayudando a la economía que te rodea.

Autor: Mayari Castellanos
Arqueóloga, Restauradora y Chocolatier