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Tláloc uno de los dioses de la lluvia en Mesoamérica

Es hora de emprender un viaje en el tiempo y conocer más sobre Tláloc el dios de la lluvia.

En la antigüedad los dioses de la lluvia les otorga poderes particulares: ellos son los que dan valor y el mando, son los guardianes de la tradición.

Imagen realizada por Donato Gamboa

El dios de la lluvia se llamaba Tláloc (o Tlálloc) entre los nahuas, entre los mayas se conocía como Chaac (o Chaahk), para los zapotecos era Cocijo (o Cociyo), los mixtecos lo llamaban Dzahui (o Suvui), los totonacas Tajín (o Aktsini).

Las atribuciones esenciales de los dioses la lluvia fue perfectamente sintetizadas por Sahagún en un apartado dedicado a Tláloc: tenían que él daba las lluvias, para que regasen la tierra, mediante la cual lluvia se criaban todas las yerbas, árboles y frutas. También tenían el que enviaba granizo, relámpagos, rayos, tempestades del agua, etc.… Es decir, Tláloc encarnan todos los fenómenos meteorológicos relacionados con la lluvia y la tormenta.    

Imagen recuperada de la revista arqueología mexicana   

Tláloc, en su aspecto quíntuple, situado en cada uno de los cuatro puntos cardinales y en el centro, blande rayos, riega y orina sobre la superficie de la tierra. Está representado como cargador de cuatro distintos años, patrono de cuatro sesiones del tonalámatl y con sus atavíos de cinco divinidades de la lluvia.

Los dioses de la lluvia Mesoamericanos son los dioses autóctonos por excelencia y, a semejanza de Tláloc, encarnan la tierra, es decir, el territorio.